Me tendréis que perdonar, pero estoy tan sorprendida con el tema de las semillas que no puedo evitar comentarlo de nuevo.
Cuando tengáis una lechuga que se haya espigado, dejadla, esperar a que tengan flores, y que se sequen, entonces tendrás un sinfín de semillas aptas para volver a plantar.
Aquí podréis ver una de las miles de flores que hace, lo pequeña que es, y como están las semillas allí apretujadas esperando a germinar.
He probado de sembrar algunas de estas semillas y germinan muy bien, las lechugitas crecen sanas y fuertes.
Ya estoy haciendo plantel de estas semillas para el huerto, y creo que tengo tantas que de esta clase seguro en que años no tendré que comprar.
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